Vivir al otro lado del infierno

Desde hace unos meses he descubierto hasta donde es capaz de luchar una persona, no importa su estado de salud, es la fuerza que consigue sacar, la lucha diaria por un objetivo, por una meta, por una estabilidad, en mirar ambos bandos desde la neutralidad y ver como cada uno a su manera lucha y aprende diariamente del día a día.

En mi caso es aprender a entender a una persona que vive en depresión, pero ver en ella a todo un luchador que ha tenido el valor de salir de su zona de confort y arriesgar todo por amor, un país, un idioma, leyes, horarios, todo un mundo nuevo que aprender, que descubrir, por lo cual para mí es un héroe, sé que no soy psicóloga y tal vez mi manera de expresarme no sea la correcta, por tanto, pido disculpas por parecer a veces tan dura, pero no es mi intención y espero que lo sepa, al menos intento demostrarle día a día mi apoyo y mi amor, lo que más deseo es que entienda el valor que tiene en todos los sentidos, como dice el título de esta reseña yo soy la que está al otro lado del infierno, de ese infierno llamado depresión.

Y repito que no estoy capacitada como psicóloga de hacer ningún diagnóstico o terapia, solo explico lo que veo desde este lado, este es el lado donde mucha gente sea por estudios, amor al trabajo, deja su país, gente que viven en la añoranza de su tierra, de su familia, de sus costumbres, pero que igualmente han encontrado un lugar que les acoge y cada uno a su manera es feliz, a esa gente que viven lejos de sus raíces también les costó lágrimas, sacrificio y muchas veces a punto de rendirse, pero de alguna manera después de la caída nos levantamos, nos sacudimos el polvo, nos curamos las heridas y seguimos adelante y seguimos luchando, así que si para los que vivimos al otro lado del infierno es a veces muy difícil, me imagino esa gente que aparte del infierno de la depresión en la que viven, deben abandonar sus raíces y empezar de cero, esa gente que “los otros” son depresivos, son luchadores más fuertes de lo que podamos jamás admitir.

Sé que puede sonar muy duro, pero a veces amarrarlos y protegerlos no es la solución, pienso que ellos tienen que descubrir poco a poco su valentía, no tenemos de decirles que no pueden o lo que tienen que hacer.

 

Infierno

Nosotros deberíamos estar allí para animarlos, apoyarlos, oírlos, no para decidir su siguiente paso, ellos deben dar pasos pequeños, pero firmes y nosotros solo observar su valentía y aprender también de ellos y cuando caigan solo tenderles una mano y decirles “venga arriba, tú puedes, solo necesitas tiempo” que sepan que no están solos, pero sin que nadie invada su espacio ni su tiempo, ellos van a su ritmo, pero van adelante, ellos valen más de lo que ellos se creen, así que esa “otra gente al otro lado” no la desmoralicen, no los anulen, solo hay que darles ánimos, porque lo que para nosotros es algo rutinario y normal, para ellos es un logro enorme, por eso lo vuelvo a repetir, Albert para mí es un héroe que se supera día a día y aunque él no se dé cuenta, avanza poco a poco, y algo muy importante que veo día a día es el amor y no me refiero a mariposas en el estómago porque eso es solo al principio, es el amor de verdad, el estar juntos en el mismo camino, en la lucha diaria de superación, el darse ánimos y apoyo mutuamente, el volar juntos y no cortar las alas a nadie, el quedarse fritos en el sofá delante de la tele, después de una jornada de trabajo, el ver su cara de pánico cuando pronuncias la gran palabra “IKEA”, el que te regañe porque corres como loca a cargar el coche lleno de ofertas como si esperaras que los supermercados nunca más abrirán, el tener una fuente de popcorn para dos y ver una película aburrida hasta el final, el sentarte tranquilamente a mear mientras él se lava los dientes, el acostarse abrazados y levantarse cada uno en una esquina de la cama en posiciones extrañas, el sonreír cuando ves su cara estampada contra la almohada, el día a día, la rutina, a veces el aburrimiento hacen que a veces dudemos del amor, pero cuando piensas en esos momentos y consigues formar una sonrisa en tus labios, sabes que lo amas, con su infierno, con su valentía y con todas sus fuerzas, porque aunque él no lo crea él me da todos los días fuerza porque veo que él quiere y está luchando por mejorar.

Por eso siempre será mi héroe valiente y ahora luchamos los dos juntos.

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Un paseo por las nubes De las cuevas a lo cuántico El cuadro depresivo
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