Carlos Espona: Musicoterapia en la tercera edad

Hola queridos lectores, estoy cogiéndole el gusto a esto de cogerle prestado el blog a Albert jejeje, hoy os voy a hablar de la Musicoterapia en la tercera edad y sus efectos. Ya en otro post analizamos sobre sus efectos en los jóvenes.

Cuando tenía 25 años, estudie musicoterapia aplicada en la A.H.A.M.A (Asociación Hispanoamericana de musicoterapia aplicada) con el doctor Lorenzo Amaro Medina.

Fue un año muy muy intenso y tuve que realizar la tesina y la realicé en la residencia de la tercera edad en Sant Quirze del Vallés (residencia Assis). 

La residencia, consta de 100 habitaciones con todos los servicios incluidos (desde peluquería, biblioteca, sala de piano, servicio de cáterin) en un lugar rodeado de pinos y con mucha extensión de terreno, en plena naturaleza.

Musicoterapia en la práctica con el adulto mayor

La experiencia que tuve fue de gran conocimiento de las personas que eran mis pacientes y sus experiencias vividas, ya que me tenían como un nieto. 

Las enfermedades que tenían los pacientes eran las típicas enfermedades de la tercera edad (reuma, artrosis, Alzheimer, demencia senil etc.). La Musicoterapia en la tercera edad y sus efectos se vieron notablemente.

Nos juntábamos los sábados por la tarde, junto con mi perra (Setter Irlandés) a realizar clases de hora y media sobre Musicoterapia en la tercera edad aplicada.

Consistían en unas relajaciones dirigidas con música barroca, llegando a los pacientes a un estado tan profundo, que se me quedaban dormidos completamente.

Les daba ordenes hipnóticas y se me quedaban relajados absolutamente. Después les preguntaba las experiencias que habían tenido y todas las palabras que me decían eran muy agradables y curiosas sobre experiencias vividas. 

Algunos pacientes, las dolencias, les desaparecían, la Música (junto con mi voz) les relajaba. La segunda media hora, también realizábamos juegos musicales. Según la música que había estudiado de cada paciente les hacía hacer movimientos sincronizados del cuerpo, así como de brazos, de piernas etc.…Los estimulaba musicalmente. 

La última media hora, consistía en baile, cada uno bailaba y vibraba a su ritmo, con una gran alegría en su rostro y en su cuerpo, la música los sanaba.

No tuve ninguna baja en más de 50 clases que realicé y estaban esperando a que llegase el sábado, para impartir la clase. Sin duda implementar Musicoterapia en la tercera edad cumplió las expectativas esperadas.

Por último, quiero agradecer a la residencia Assis por todas sus instalaciones y ponerlas a mi servicio.